martes, 15 de noviembre de 2011

Sentimientos del novato en el surf

Nadie nace aprendido, así que en algún momento u otro somos novatos en algo. Lo mismo pasa con el surf, nadie nace con una tabla de surf bajo el brazo, al menos hasta ahora. Así pues, la mejor forma de aprender es con mucho empeño, paciencia y todas las ganas del mundo.
Una vez resuelto el posiblemente, único inconveniente importante sobre este deporte, el material, las dudas son diversas y la emoción inaguantable. Es hora de ir a la playa.
Siempre puedes apuntarte a una escuela de surf, pero yo creo que ir a la aventura probando solo (o con un amigo, como es mi caso) vivirás más momentos cómicos y anécdotas para la posteridad de los que ninguna escuela te puede dar.


Cuando llegas a la playa y te pones el neopreno crees que te vas a comer el mundo. Si vas solo le puedes preguntar a algún surfer y seguro que te puede dar algunos consejos. Una vez más o menos has entendido las instrucciones (cómo entrar, cómo remar, cómo coger la ola y cómo levantarte) entras al agua.
Ahí todo pinta diferente. Primero has de aguantarte estirado en la tabla (algo relativamente fácil comparado con todo lo demás), y después te encuentras que, por mucho que remes, casi no avanzas, ya que estás acostumbrado a las brazadas de natación, y en surf tienes que hacerlas más largas y profundas arrás del agua. Cuando viene la ola y vas súper emocionado remando y la coges, al intentar levantarte te das cuenta de que la tabla se mueve muchísimo y te parece totalmente imposible levantarse...

Es un sentimiento de frustración que te nubla la mente y te pone de los nervios, pero aunque pases dos clases o tres así, a la cuarta ya empezarás a notar la facilidad con la que lo haces todo, excepto el levantarse. El surf es durillo, así que no pierdas NUNCA el empeño y la ilusión, es lo que te sacará adelante y hará de ti un futuro gran surfer  ;)

1 comentario:

  1. Está claro que el que algo quiere, algo le cuesta... Así que sigue así! Besitos

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